«En la medicina integrativa es fundamental escuchar al paciente»

abril 12, 2021 / Escrito por SaludNavarra / 0 comentarios
Entrevista Dr-Fontanals

Jaume Fontanals Jorba. Nacido en Barcelona capital el 9 de julio de 1994, es el mayor de dos hermanos y se ha convertido en un apasionado de la medicina integrativa.

Estudió en un colegio británico y desde que tiene uso de razón juega a baloncesto. Además de la liga escolar, llegó a participar en torneos internacionales en Londres, Turquía y Portugal.

Si le preguntas por su color favorito te responderá dubitativo: “Depende del día, el azul claro o el verde”. Sin embargo, su comida preferida la tiene clara: “Los macarrones gratinados de mi abuela”.

Jaume ha terminado sus estudios en Ozonoterapia por la Sociedad Española de Salud de Precisión y sigue estudiando una doble titulación de Salud de Precisión y Nutrición, medicina y práctica ortomolecular en la Escuela Europea de Ciencias de la Salud a la vez que complementa su formación con un máster en Medicina y Salud integrativa.

¿Tenías claro desde el principio que querías estudiar Medicina?

La curiosidad por la Medicina me viene de familia. Tanto mi padre como mi tío y mi prima estudiaron Medicina y desde pequeño lo tuve claro. Antes de presentarme a la prueba de selectividad realicé el examen de admisión de la UNAV y me aceptaron.

Dr Fontanals con nuevos pacientes

¿Cómo fueron tus años de estudiante?

La verdad es que los últimos años fueron duros. Casi tiro la toalla porque había mucha materia para estudiar y yo notaba que necesitaba más trato con el paciente. Al final las prácticas comprenden una parte muy pequeña del currículo universitario. Lo echaba mucho en falta.

¿Cuándo empezaste a trabajar?

Después de graduarme en 2017 estuve un año en Madrid preparándome el MIR. No saqué la plaza que yo quería así que decidí volver a presentarme, pero trabajando a la vez. Es entonces cuando me enamoré de la Medicina.

¿Dónde ocurrió el “flechazo”?

La semana de mi cumpleaños de ese año comencé a trabajar en Mentalia, una residencia de salud mental. Puedo decir que allí me enamoré de mi trabajo.

¿Qué es lo que más te gustó?

La relación médico-paciente sin ninguna duda. Aprendí la importancia de escuchar al paciente y entenderle. No puedo describir lo gratificante que es cuando un paciente te dice que le ha funcionado lo que le mandaste.

¿Cómo empezó tu relación con la Medicina integrativa?

Busqué trabajo en una plataforma digital y aquí estoy. No paro de aprender y formarme en este ámbito de la medicina que cada vez me gusta más.

Dr Fontanals Medicina integrativa Pamplona

¿Qué aspectos destacarías de la Medicina integrativa?

Como he dicho antes, saber escuchar al paciente. En esta variante de la medicina esto es lo más importante, sino las terapias no sirven para nada. Cualquier médico no podría especializarse en esta materia.

La Medicina integrativa me ha hecho ver que además de la Medicina tradicional hay otras formas de ayudar a la gente. No siempre hay que seguir el esquema “me duele, te doy ibuprofeno y ya está”. Hay que estar encima del paciente, estar pendiente durante el tratamiento y después, descubrir si tiene alguna otra alteración o patología, profundizar en el origen de la enfermedad.

Dime tres conceptos fundamentales de la Medicina integrativa

Empatía; visión holística del paciente; y estilo de vida.

¿Y tres aspectos fundamentales en un buen profesional?

Saber escuchar al paciente; interesarse por el paciente; y aprender cada día, no parar de formarse para ofrecer el mejor servicio al paciente.

EL TRATO CON EL PACIENTE EN MENTALIA

El Dr. Fontanals se enamoró de la Medicina en esta residencia ubicada en las afueras de Pamplona. Al principio no sabía muy bien qué hacer ya que era su primera experiencia profesional sin la “protección” de la universidad, pero no tardó en descubrir que a veces no hace falta una pastilla para estar bien.

“Poco a poco fui aprendiendo que para muchos residentes esa era su casa y que por mucho que le recetase un ibuprofeno, a los días se volvían a quejar del mismo dolor”, recuerda con cierta indignación. En ese momento dio con la receta perfecta: “Ahí entendí que quizá no necesitaban un fármaco sino ser escuchados. Yo trabajo cuatro horas y puedo decir que soy médico una hora y psicólogo el resto”.