El ozono y la covid, una historia real
Juan Francisco Martí y Vanesa Bachero, licenciados en Farmacia, ingresaron en el Hospital La Plana de Castellón el pasado 17 de julio por covid. El cuadro médico era peor para ella, debido a la neumonía bilateral que presentaba en ambos lóbulos, mientras que él solo la presentaba en uno. Meses después y habiéndose recuperado, han concedido una entrevista al programa Vivir con Salud.
La medicina integrativa trabaja de la mano de la medicina tradicional para lograr que el paciente alcance el estado de bienestar. Sin embargo, en numerosas ocasiones se ha negado la asistencia médica de un paciente con tratamientos alternativos. Fue el caso de Juan Francisco Martí. Pero la iniciativa de su mujer, Vanesa, le salvó la vida.
Gravedad 9,5
El 17 de julio del 2021, Juan Francisco y Vanesa ingresaron por covid-19. En un principio, ella presentaba una situación peor por la neumonía bilateral que presentaba en ambos lóbulos. Sin embargo, en 6 días recibió el alta. El diagnostico de Juan Francisco poco a poco empeoraba. A los pocos días de administrarle la primera dosis de Tocilizumab, un medicamento que se administró en pacientes covid con escasos resultados, Juanfran ingresó en la UCI. De repente se encontraba sedado e intubado.
La siguiente noticia que recibieron fue el agravamiento del pronóstico. Había desarrollado fibrosis pulmonar y solo quedaba esperar a que los pulmones de desinflamaran y revertieran el proceso. «Del 1 al 10 la situación de gravedad es 9,5. En cualquier momento se puede ir» les dijeron desde el equipo médico.
La ozonoterapia y la covid
Vanesa investigó qué hacían otros hospitales y otros tratamientos para poder ayudar a que el proceso en el que estaba inmerso Juanfran mejorara. Descubrió que la ozonoterapia tenía efectos beneficiosos en pacientes de covid y que formaba parte de la cartera de 30 hospitales públicos de España. Incluso en el Hospital La Fe de Valencia lo utilizaban como tratamiento en la Unidad de Dolor para Hernia Discal. «Lo administran en la columna vertebral, el ozono no es tóxico», relataba con seguridad Vanesa.
El único requisito que tenían que lograr era la aprobación del jefe de servicio de la UCI del hospital La Plana. Pero no fue así. El argumento que les ofreció fue que no figuraba en las guías de actuación covid. A pesar de presentarle estudios y evidencias de que la ozonoterapia estaba funcionando en otros hospitales de otras comunidades, él se negó.
Pero Vanesa no se rindió y optó por la vía judicial. Y en cuestión de horas, el juez resolvió que no se puede negar el Derecho Fundamental de la Vida y que, al no haber conseguido resultados satisfactorios para la vida del paciente hasta el momento, la ozonoterapia debía ser una opción.
Le administraron ozono vía intravenosa, vía rectal y nasogástrica. Una semana después las tres infección que Juanfran contrajo en la UCI (el ozono es anti bactericida) habían remitido y la saturación en sangre recuperaba sus niveles óptimos. Después de 45 días en UCI le trasladaron a planta, donde solo necesitó un día oxígeno externo.
«Cuando me administraban ozono había un ambiente más humano», recuerda Juanfran de sus días en la UCI.
